Se reflejaron en las noticias de las últimas horas nuevos casos de intoxicación con escopolamina, conocida popularmente como “Burundanga”. Esta sustancia es utilizada en países de América con fines delictivos, para llevar a cabo ilícitos, robos y cometer abuso sexual, por lo que se la incluye dentro de la sustancias que generan la llamada “Sumisión Química”. En menor cantidad, también se reportan casos de intoxicaciones en el contexto de rituales religiosos y otras ingestiones no intencionales (niños en actividad lúdica y como alimento). Se la suele incorporar en bebidas, alimentos en contexto de fiestas, bailes, etc.

La escopolamina es un alcaloide natural, que se encuentra como principio activo de plantas pertenecientes al género Datura, “Datura arbórea” o “Brugmansia” (en Colombia se las conoce como “cacao sabanero” “borrachero”) nativas de Sudamérica. Popularmente se identifican por sus propiedades de generar un cuadro clínico que produce la vulnerabilidad de la persona afectada con amnesia de lo sucedido. Al mismo género que las Datura pertenecen otras plantas alucinógenas como la Mandrágora, la Atropa belladonna y el Beleño. Todas contienen principios activos de acción anticolinérgica como atropina, hiosciamina, escopolamina y norhiosciamina, en diferentes concentraciones según el tipo de planta, siendo éstos los que generan el efecto alucinógeno.

La escopolamina (L-hioscina) está conformada por ésteres orgánicos de un ácido romático y una base nitrogenada terciara. Actúa como antagonista competitivo no selectivo de los receptores muscarínicos (Mu 1 a 5) por lo que bloquea la unión de la acetilcolina en estos receptores, con efecto anticolinérgico, logrando así su efecto amnésico, facilitado por su pasaje a través de la barrera hematoencefálica (BHE) y el efecto central directo en el Núcleo Basal de Meynert, Hipocampo y Amígdala.
La palabra “burundanga” se origina en África, con varias connotaciones y aparece en canciones populares y alertas para turistas.
El cuadro clínico que produce evidencia un síndrome anticolinérgico: alteración del sensorio con desorientación, incoordinación motora, midriasis, taquicardia, visión borrosa, sequedad bucal, retención urinaria y amnesia. Además, en algunos casos reportados se observó cuadros de psicosis y alucinaciones posteriores. La amnesia tiene características particulares; es anterógrada, puede extenderse hasta 72 horas posteriores al ingreso, en algunos casos se extendió durante más tiempo y se acompañó de cambios de la personalidad, déficit de atención y alteraciones de la memoria procedimental.

La afectación del Sistema Nervioso Central (SNC) que genera la amnesia se justifica por su acción en el hipocampo y en la amígdala. Siendo en ésta última donde se genera la imposibilidad de reaccionar ante estímulos externos. Dado que la amígdala tiene un rol fundamental en el aprendizaje para evitar situaciones o responder a estímulos peligrosos, y es la responsable de los mecanismos de defensa ante situaciones de riesgo, de ahí se deduce la imposibilidad de responder y la actitud de sumisión de las víctimas. Se hace mención en diferentes publicaciones acerca de un estado de “ensoñación”, cuadro similar a un borrachera o embriaguez, que deja a las víctimas en completo estado de vulnerabilidad.
Es conocido además su uso en asociación con tranquilizantes como la benzodiacepinas o fenotiacinas, incorporadas para disminuir la excitación psicomotriz de las víctimas. Esta asociación mencionada se conoce como “nueva burundanga”.

Hay otras sustancias que se asocian al uso de la escopolamina como el alcohol etílico, el GHB (“éxtasis líquido”), antihistamínicos y otros hipnóticos sedantes. En España se observaron casos aislados, pero no superan en cantidad la de los otros sedantes típicos utilizados, en nuestro país no es la principal causa de Sumisión Química, siendo el alcohol y las benzodiacepinas solas o combinadas las más frecuentes. En otros países de América, como Colombia y Brasil, la burundanga asciende a las primeras sustancias utilizadas con estos fines. En el año 2008 se produjo una epidemia en Noruega por adulteración de comprimidos de flunitracepam con escopolamina.

Entre las características toxicocinéticas que presenta, sabemos que su absorción por vía oral es rápida y buena. En menor medida se absorbe por vía dérmica, respiratoria y endovenosa. La distribución es amplia a través del sistema circulatorio, atraviesa la BHE y llega al cerebro. El metabolismo es hepático por hidrólisis enzimática generando escopina y ácido trópico. También se elimina como escopolamina sin metabolizar con una vida media corta de 2,5 horas. Es difícil obtener pruebas de laboratorio confirmatorias debido a su rápida excreción (hasta 6 horas se puede detectar en orina, 30 minutos en sangre) y falta de métodos rápidos de testeo en la urgencia. El efecto es dosis dependiente.

Manejo del paciente intoxicado. Es condición necesaria y urgente la estabilización clínica del paciente, en caso de ingesta y consulta dentro de un plazo menor a dos horas, se puede colocar una sonda nasogástrica y administrar una dosis de carbón activado para reducir la absorción de la sustancia. El tratamiento es sintomático y en casos de intoxicación grave: inestabilidad hemodinámica, convulsiones, agitación, hipertermia, delirio, taquiarritmias, coma o falta de mejoría con el tratamiento instaurado se puede emplear fisostigmina. Se han publicado casos letales en Estados Unidos como resultado de la mezcla de escopolamina con heroína.

Es fundamental alertar sobre este peligro para prevenir a personas que puedan estar en situación de riesgo: No aceptar bebidas, dulces o cigarrillos de desconocidos cuando se está en algún evento social, bar o discoteca. No dejar botellas o vaso de bebida abandonados y luego beber. No aceptar demostraciones de productos como inhalaciones de perfumes si se venden en la calle o en lugares dudosos y solitarios.

Referencias bibliográficas
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Scopolamine Intoxication as a Model of Transient Global Amnesia Alfredo Ardila, Brain and cognition 15, 236-245 (1991).
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Scopolamine: Useful medicine or dangerous drug? Sci. Justice (2014), http://dx.doi.org/10.1016/j.scijus.2014.05.006
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La Escopolamina. Patricia Gonzales Gil. Revista de Química PUCP, 2010, vol. 24, nº 1-2
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