El diario El País informó que a dos bomberos de la ciudad de Girona les diagnosticaron botulismo luego de comer porotos blancos. A continuación, dejamos la nota y debajo compartimos la Guía de Prevención, Diagnósitco, Tratamiento y Vigilancia Epidemológica del Botulismo Alimentario.
En un frasco de porotos blancos (alubias, conocidas en Cataluña como judías blancas)  está la causa del botulismo que mantiene a dos bomberos ingresados en estado grave en el hospital Josep Trueta de Girona. La Agencia de Salud Pública de Cataluña (ASPCAT) confirmó ayer que la toxina botulínica que provoca la enfermedad —una sustancia que bloquea las funciones nerviosas y provoca parálisis respiratoria y muscular— estaba presente en un bote de judías que ingirieron los bomberos. La ASPCAT ya había retirado del mercado de forma preventiva este producto y otra lata de bacalao desalado que también consumieron los dos hombres.
La intoxicación se produjo en una comida en la que participaron nueve bomberos y que consistió en dos ensaladas (una con salsa de calçots [variedad de cebolla de verdeo] y otra sin ella) a base de tomate, cebolla, migas de bacalao, pimiento y judías blancas en conservas. Sólo dos de ellos, los que comieron del plato sin salsa de calçots, presentaron síntomas de botulismo. El frasco en mal estado se virtió en la ración sin salsa y por eso sólo dos de los nueve se intoxicaron.
Salud Pública hizo las encuestas epidemiológicas y retiró preventivamente ocho lotes de judías y otros tantos de bacalao. “Hicimos analíticas a muestras humanas y a restos de comidas y envases, donde se detectó la neurotoxina”, dijo el secretario de la ASPCAT, Joan Guix. Con todo, pese a haber detectado el origen del brote, Guix pidió ayer no bajar la guardia y no consumir las judías de los lotes sospechosos “hasta que no se tenga confirmación de los lotes que pueden estar involucrados”. La ASPCAT abrirá diligencias informativas para investigar cómo se pudo contaminar el producto.
Según los expertos, la toxina no se desarrolla al abrir el alimento o al cocinarlo, sino que la bacteria que genera esta toxina ya está presente en el momento en el que se pone el producto en la conserva. No genera ningún olor, ni color, ni sabor raro al ingerirlo, por lo que su presencia es inapreciable para los sentidos.
Error humano
La empresa Hermanos Cuevas, envasadora de las judías contaminadas, informó a EFE que, según sus conclusiones provisionales, un error humano pudo introducir en el canal de venta, de forma accidental, una partida de botes de judías que estaba aislada.
Un portavoz de la compañía explicó que fue la propia empresa, de forma interna, quien detectó el pasado 20 de mayo una anomalía de calidad en una partida antes de salir al mercado, por lo que fue apartada del canal de distribución y fue convenientemente aislada y precintada.
Compartimos nuestra Guía de Prevención, Diagnósitco, Tratamiento y Vigilancia Epidemológica del Botulismo Alimentario:
botulismo-alimentario

© 2016 - Asociación Toxicológica Argentina